sábado, 20 de febrero de 2016

Explicación del nuevo sistema de votación de Eurovisión... camión... roscón... marinero...

¿Y la puntuación europea?
Para todos aquellos que os habéis vuelto un poco merilotas al intentar comprender el nuevo sistema de votación en el Festival de Eurovisión, ya bien porque sois de letras o porque sois Mariano Rajoy, aquí va una explicación sencilla y con un ejemplo práctico.

En los últimos años ha habido una votación por parte de un jurado a la que se le ha unido la votación de un televoto. Con el resultado de ambas, se ha hallado una media y se han otorgado puntos (12, 10, y del 8 al 1) a los 10 países mejor situados tras realizar esa media. En esta ocasión, también habrá jurado y televoto, y sus valoraciones contarán también un 50%. ¿En qué radica exactamente la diferencia? En que al menos en esta edición de 2016, no se va a hallar esa media, sino que se van a sumar por un lado los puntos que otorgue el jurado y por otro, los puntos que otorgue el televoto.

Hasta aquí creo que más o menos todo el mundo lo entiende. Pero la duda es saber por qué los resultados serían diferentes si seguimos teniendo en cuenta ambas valoraciones al 50%. Pues bien, atentos, que lo vais a flipar con lo listo y guapo que soy.

Imaginemos que 41 son los países que votan en Eurovisión.

Con el sistema de los últimos años:

Dos canciones: La Canción 1 queda la primera del jurado y la décima del televoto en los otros 40 países. Asignamos un 1 por quedar primera para el jurado, y un 10 por quedar décima en el televoto, el total es de 11. La Canción 2 obtiene el segundo puesto del jurado y el octavo de los televotos. Asignaríamos un 2 por el jurado y un 8 por el televoto, sumando 10.

Por lo tanto, la Canción 1 sumaría un 11 y la Canción 2 un 10. Cuanto menor sea el resultado de esta suma, mayor puntuación obtendría con el sistema de votación de los últimos festivales. Por lo tanto, la Canción 2, siempre quedaría en mejor posición que la Canción 1.

Con el nuevo sistema de votación:

Mismo ejemplo. Canción 1, primera y décima de jurado y televoto, respectivamente, y Canción 2, segunda y octava. En esta nueva modalidad de votación no se calcula la media, por lo tanto, la Canción 1 obtendría todos los 12 del jurado y todos los 1 del televoto. La Canción 2 por su parte, sumaría todos los 10 del jurado, y todos los 3 del televoto. Sumemos:

Canción 1: (40x12) + (40x1) = 480 + 40 = 520
Canción 2: (40x10) + (40x3) = 400 + 120 = 520

Como vemos, con esta nueva forma de votar, ambas canciones obtendrían la misma puntuación. Por lo tanto la Canción 2 ya no quedaría por encima de la Canción 1. Es más, en este caso concreto, al tener mayor número de 12's, aunque empatadas, sería la Canción 1 la que ocuparía un puesto por encima de la Canción 2.

¿A que os ha quedado claro? Si, muller, si.

Por un lado ganamos en emoción, ya que los puntos del televoto los darán los presentadores de la gala tras la votación del jurado, una vez sumado el total de los puntos obtenidos en todos los televotos. Ejemplo: si una canción es votada por 3 televotos con 8, 4 y 3 puntos, los presentadores de la gala sumarán a sus votos obtenidos del jurado, un total de 15 puntos. Si otra canción es votada por 5 televotos con 6, 1, 4, 10 y otros 6 puntos, el total de puntos que se sumarán serán 27.

Por otro lado, perdemos en cuanto al control que ejercía el jurado atenuando el voto vecinal, que suele ser más destacable en el televoto. Porque siempre los jurados son totalmente imparciales... el armenio o el azerbayano mismo...

martes, 2 de febrero de 2016

Eurovisión Amateur.

Bochorno: Aire caliente y molesto que se levanta en el estío. Mmmm. No. Calor sofocante. No. Tampoco. Encendimiento pasajero del rostro. Bueno. No. Desazón o sofocamiento producido por algo que ofende, molesta o avergüenza. TATE.

Objetivo Eurovisión ha sido el título del programa para elegir el representante de Eurovisión por España. Un programa que han podido seguir eurofáns de otros muchos países a través de la web oficial del festival. Para desgracia de los intereses españoles.

Say Twelve, Twelve, Twelve!
Sonido, ritmo, realización, escenario, incluso el público. Todo ha sido un despropósito. Aunque ha habido algo positivo: no hay que lamentar víctimas mortales. Al menos humanas. Pero podemos decir sin temor a equivocarnos que la música y la televisión han muerto un poquito. Y con ellas, las posibilidades de RTVE por ganar el Festival de Eurovisión en 2016. Y no hablo de la calidad de Say Yay! ni del talento de Barei, su compositora e intérprete. Hemos comprobado su buen directo, y la canción la conocíamos de antemano y ha gustado mucho en general, tanto a público como a jurados. Nada o muy poco tienen que ver Barei y su canción con las nulas posibilidades de España por conseguir la victoria. El problema radica en internet, en 2016, en YouTube... Si los responsables de RTVE tuviesen capacidad de reacción, ahora mismo estarían destruyendo las imágenes de todo lo sucedido en Objetivo Eurovisión y pidiendo medidas cautelares en el juzgado de guardia para impedir que esas imágenes viesen la luz en cualquier otro medio audiovisual, nacional, internacional y de esta u otra galaxia.

Como sepan de qué me descojono,
no cobro...
Ni la mismísima Loreen con Euphoria hubiese podido remontar una carta de presentación como la que tiene desde ya Barei para Eurovisión. Las preselecciones nacionales suelen ser estas cartas de presentación. Cada país tiene la suya, y por eso muchos países cuidan, miman y hasta perfuman esta carta. Es el caso de las propuestas suecas que normalmente son prácticamente el producto final que veremos en Eurovisión, porque ya han conseguido un gran producto en su preselección. Loreen o Mans Zelmerlöw consiguieron sus puestos de favoritos al festival gracias a esta carta. Crea opinión, y en sus casos, una opinión favorable. Se crea entonces notoriedad. Expectación. Los candidatos se convierten en favoritos. Lo que suma adeptos. Y los adeptos, aumentan el favoritismo. Y entonces, más adeptos. Y entonces más favoritos. Y más adeptos. Y favoritos. Y vences. O estás muy cerca.

¿A que parezco riquiña? Pues
soy una cabronaca...
Pero a veces la carta no puede ser perfumada. Es entonces cuando hay que tirar de profesionalidad. De saber hacer. De saber dirigir, guionizar y que al menos, técnicamente no haya un error. Y así en 2010, la maquinaria alemana consiguió mostrar a una tipa muy maja. Se llamaba Lena. Era simpática, fresca. Daba buen rollo. Opinión favorable. Notoriedad. Expectación. Favorita. Adeptos. Más favorita. Victoria.


¿Últimos íbamos a quedar, no?

Puede suceder que no creas que puedas mostrar una carta de presentación favorable. Entonces lo más inteligente es un videoclip. Te olvidas de problemas técnicos, de sonido, etc. Y te centras en presentar tu propuesta con artificios. Posiblemente no consigas tanta notoriedad. Posiblemente no partas de gran favorito. Ni tengas tantos adeptos. Pero has hecho algo importantísimo en Eurovisión: no mostrar tus debilidades. Y así Conchita Wurst y The Common Linnets ocuparon el primer y el segundo puesto en 2014. Conchita ocupaba puestos intermedios en las apuestas. Y The Common Linnets los puestos bajos. Pero ninguna de las dos propuestas había mostrado debilidades. Estaba todo por ganar. Y un trabajo magistral el Día D, hizo que pulverizasen todas las previsiones, alzándose con el primer y segundo puesto respectivamente.

Y en esto falla RTVE año tras año. Hoy la candidatura de Barei ha mostrado sus debilidades:

- Unos coros exagerados en protagonismo, mal calibrados y empobreciendo un estribillo donde la protagonista desaparece.
- Una realización básica, plana, de otra época, sin trucos, sin magia para el espectador, sin nada nuevo que ofrecer. Sin siglo XXI.
¿Pero tantas ganitas tienes de ir a Eurovisión, vida mía?
- Una candidatura sin profesionalidad: preguntas a las familias, preguntas a los candidatos, enfatizando sus inseguridades y sus nervios, y un jurado y una presentadora, condescendientes con los "pobrecillos muchachos". Sólo ha faltado Rosario Flores preguntándoles ¿cuántos añitos tienes?

No quisiera que se tomasen mis palabras como una crítica hacia nuestra candidata o una pataleta por mi parte, tan típica entre los eurofáns cuando no es elegida nuestra opción favorita. No es el caso. Barei estaba en mis quinielas. Y me alegra que haya sido ella la elegida. Tiene un grandioso tema. Tiene talento. Pero tiene MUCHÍSIMO trabajo por delante, si quiere que la gente olvide lo que hemos visto en Objetivo Eurovisión. Y ese trabajo debe comenzar cuanto antes. La gente tiene que conocer a Barei. Tiene que hablar de Barei. Inventa. Crea. Y haz olvidar que fuiste elegida en Objetivo Eurovisión. Tienes pocas horas para viralizar algo que oculte tus debilidades. Esas debilidades que sean reales o no, están desde ya en un vídeo de YouTube al alcance de cualquiera. Es el momento de dar un golpe en la mesa y transformar tu candidatura (que personalmente sí creo potente) en un auténtico bombazo (¿Invitar a uno de tus compañeros a formar dueto con tu canción y eliminar los coros?) Estudia las posibilidades (esa podría ser una o no) y piensa que después de esto ya no vale con clavarlo el día de Eurovisión. Ahora estás obligada a dejarnos jodidamente locos.

¡O si no te hago yo los coros! Si, muller, si...

¡Suerte y éxito!