Hace 25 años...

... Tuve un bonito regalo de Navidá... Ya lo he contado alguna vez, pero nunca en este blog, así que os lo cuento. Era 24 de diciembre de 1986. Mis padres se habían ido al médico, y yo me había quedado en casa con mi hermano mayor que era un señor muy desagradable. Nos llevamos 6 años, él tenía ya casi 15 y yo era un mocoso de 8, así que él ya era un niño supermayor pa aguantar mariconadas... Así que pasaba de mí lo más grande... Al menos tampoco me maltrataba, por lo que una cosa compensaba la otra. Mis padres llegaron unas dos o tres horas después de haberse ido, con un enorme Bugs Bunny perchero. Era más alto que yo y tenía un cabezón enorme, un cuerpo delgadito y cuatro patas se distribuían sin sentido haciendo las veces de salientes para colgar la ropa. Me encantó, porque era Bugs Bunny y porque ¡era cierto que Bugs Bunny era un conejo enorme! Yo era así de bobo, pero por otro lado con esa edad ya sabía que Papa Noel no existía y que los Reyes eran los padres... y los príncipes los hijos...

Pero había un regalo más. Un regalo incluso mejor que un enorme y cabezón perchero Bugs Bunny.

- Niños, tenemos otro regalo... Vais a tener un hermanito...

¡Qué maravilla! ¡Un hermanito y un perchero Bugs Bunny gigante y cabezón! La vida es maravillosa, pensé.

- ¿Estáis contentos?

Mi hermano mayor debió pensar, Si, muller, si... y empezó a gritarles a mis padres que estaban locos. Estaba realmente enfadado. Y mis padres parecían apesadumbrados. Yo estaba pletórico. No paraba de preguntar si iba a ser un niño o una niña y cuándo iba a nacer mi hermanito. Tenía que enseñarle a colgar la ropa en un Bugs Bunny enorme y cabezón. Pero nadie me hacía mucho caso. Así que cogí a Bugs y lo arrastré hasta la habitación, y le encontré un sitio, que luego mi madre se encargó de modificar, claro. Y aquel perchero se convirtió en un buen amigo y confidente. Anda que no le he contado cosas. ¿Quién necesita un amigo invisible cuando puede hablar y abrazarse a un Bugs Bunny gigante cabezón?

En fin, en agosto nació mi hermano pequeño, y han pasado 25 años de esas navidades y nada ha podido superar ese regalo... Y no me refiero al perchero Bugs Bunny enorme y cabezón... Que por cierto, no recuerdo qué pasó con él, pero hace años que desapareció.

Hoy cenaré con mis padres, mi hermano mayor y mi regalo de navidad de hace 25 años, que es la cosa esa pequeña de la foto... Yo soy la bola de la derecha, para que veáis que todo el mundo tiene un pasado... Y no, mi madre no es Alaska...

Y por si esta entrada os ha enternecido un poco y os habéis puesto superñoños, tranquilidad, que tengo la solución... Haz scroll... bueno, dale pabajo, hostias... ¬¬








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Más pabajo... :)








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iflluguonabimailover.... perdón... ¬¬







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¡Ya casi está!








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¡Ya! Quietos... A lo que iba, voy a arreglar este sinsentido y os voy a amargar la Navidá con mi felicitación navideña... Así que nada, ¡Feliz Navidá! Un poquito más de scroll y lo entenderéis...
















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